¿Alguna vez te ha pasado que cuando crees que las cosas van a mejorar
empeoran? Cuando sucede este tipo de
situaciones, nuestra fe es puesta a prueba.
Recuerdo mis días en el Instituto Bíblico Ebenezer. Cuando decidí dedicarme
al ministerio y prepararme allí. Fui como la mayoría, con un
presupuesto recortado pero con mucha fe de que Dios iba a proveer. En mi
caso, había trabajado en una empresa y contaba con el dinero de la liquidación
para inscribirme y mantenerme los primeros meses. La Iglesia que me enviaba era
muy pequeña para sostenerme allí, y sólo contribuyeron con una caja de
artículos para mi aseo personal y alguno que otro suministro para mis comidas. De manera que sólo contaba con esos recursos.
Pasó el primer trimestre y para mí fue una gran experiencia. Sin embargo, cuando me tocó inscribirme en el próximo, mis recursos se habían
agotado y ya no tenía el costo de la inscripción. Me entristecí y
me senté en un banco de concretó que estaba frente a la administración por un
tiempo con la esperanza de que pasara algo pero nada pasó. Las cosas se pusieron peores para mi.
Me parece que eso fue lo que le pasó a Elías, la situación no mejoró, más bien
empeoró, él tuvo una provisión sobrenatural pero en un año se secó el arroyo, y
no tenía para beber. También le pasó a la viuda, cuando Elías la conoció, las
cosas se le habían puesto malas, no tenía sino sólo un puñado de harina y un poco de
aceite, lo justo para una comida y morir de hambre. la Biblia dice: