domingo, 11 de septiembre de 2016

EL HÁBITO DE ESCUCHAR A DIOS


- Hoy consideraremos el tercer tema de nuestra serie Buenos Hábitos

- El Hábito que hoy aprenderemos es el hábito de escuchar a Dios, o en otras palabras el hábito de hacer silencio ante Dios.

Dios Habla


-  La esposa sorda (Ilustración) 

- La verdad es que Dios habla hoy de manera específica y oportuna a nuestros corazones.
-  La oración no es un monólogo sino un diálogo.
- Dios está interesado en comunicarte detalles específicos de tu vida y de tus decisiones porque quiere establecer una relación contigo. (ver Juan 16:13, 15; Juan 10:27; Romanos 8:14,16; Hechos 2:15-18)
- Las Escrituras están llenas de ejemplos de cómo Dios habla de manera específica y oportuna (ver  Hechos 16: 6-10)

Haz Silencio


- Para escuchar la voz de Dios debemos aprender a hacer silencio delante de su presencia (ver Habacuc 2:19-20)
- Dios usualmente habla en un silbo apacible y delicado el cual es fácil de Ignorar si no hacemos silencio (ver Salmo 46:10,  1 Reyes 19: 1-18)

Espera 


- El problema es que no estamos atentos a la voz de Dios (ver Salmos 37:7)

- Porque estamos muy afanados.
- Porque teológicamente se nos ha enseñado que Dios ya no habla de esa manera, o porque existe el peligro de sacar una nueva revelación o confundir la voz de Dios con la nuestra o la del Diablo.
- Samuel escuchó la voz de Dios pero no la reconocía. Elí le recomendó que estuviese atento. 1 Samuel 3:1-12.
- No fue hasta que tuvo atento que Dios le habló específicamente a Samuel.
- No tengas miedo de atender su voz, sino toma tus previsiones.
- Dios no contradecirá su Palabra (2 Pedro 1:19)
- Dios dará paz a tu corazón.
- Dios hablará claro, así que aclarará más su voz.
- Dios te hablará en comunión, a menos que sea para reprenderte no lo hará de otra manera.

Aquieta tu Alma

- La semana pasada en el mensaje anterior fueron desafiados con un reto de retirarse a solas con Dios por 21 días para meditar en 5 v de Juan.

- Hoy les propongo que en ese retiro, tomen un tiempo para estar callados, aquietar su alma y estar atentos a la voz de Dios.
- Vendrán muchos pensamientos a la cabeza que tratarán de distraerte, no te enganches con ninguno, déjalos pasar, hasta que venga uno que hable directamente a tu vida.
- Generalmente Dios no es una voz audible, ni una visión que puedas ver con tus ojos físicos, sino que escucharas y verás con tus ojos y oidos espirituales.
- Si percibes que Dios te habla, pregúntale al respecto y vuelve a callar.

Dios te bendiga rica y abundantemente

Pastor Carlos Fuenmayor.
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